La idea matriz
Bienvenidos y pónganse cómodos.
Aún le estoy dando vueltas a la idea matriz de este lugar. La idea que ha de sostener la estructura de la historia, el faro que ha de guiar todo aquello que aquí se escriba, el punto de partida, la sensación que el lector ha de llevarse una vez visite este blog... pero algo saldrá y espero que sea lo suficientemente dramático como para ser de interés. La idea matriz, en la escritura de un guión, es justamente eso: la idea que, conteniendo conflicto y movimiento, nos permite dar comienzo a todo. Es algo vago, un punto por el que pueden pasar infinitas historias... de nosotros depende escoger la mejor.
Los descastados
Lejos de pretender ser lugar de culto para veteranos, estas letras van dedicadas a los "descastados"; aquellos que pretenden, quieren, desean, buscan, trabajan para convertirse algún día en guionistas. Puede que acaben de empezar, que no se atrevan - con la que esta cayendo- a dejarlo todo para escribir; puede que crean que todo va a dedo, que los que escriben guiones son una secta de elegidos, que es imposible entrar, que son demasiadas puertas a las que llamar. Y todo eso es cierto... y es mentira. Trabajo, trabajo y TRABAJO. No hay otro secreto: ESCRIBIR. Y hay que hacerlo a diario, respetando y haciendo respetar ese tiempo como lo más sagrado del día.
Cuando ejercí como profesor de Narrativa Audiovisual, una de las preocupaciones más frecuentes entre los asistentes era saber si, al final del curso, se haría entrega de algún tipo de titulación, o diploma. Llevo en esto el tiempo suficiente para aseguraros que nunca, nunca, ningún productor me ha pedido algo semejante a un documento que acredite mi condición de guionista. A los productores les interesan las buenas historias y es eso lo que llevamos bajo el brazo... o deberíamos.
Para comenzar
Por ser el primer día, voy a proponeros un ejercicio sencillo pero sorprendente.
Reservaros los primeros cinco minutos del día. Cuando digo los primeros cinco minutos quiero decir justamente eso: los primeros cinco minutos, antes incluso de ir al baño, tomar un café, o entrar en vuestra cuenta de correo...
Preparad un reloj para controlar el inicio y el final del ejercicio (mejor dejadlo listo por la noche), poneos frente al papel, o frente al ordenador y escribid TODO lo que se os pase por la cabeza, tenga o no sentido. Lo importante es no detenerse en ningún momento. Si lo que estás pensando es "no se me ocurre nada y mi vejiga está a punto de estallar" escribid eso. No vamos a enseñarle lo que escribimos a nadie, así que no penséis en gramática, ni coherencia. Cinco minutos de escritura. Fácil ¿verdad? Pues adelante.
Suficiente para desentumecer nuestros músculos creativos.
Os propongo hacerlo durante una semana.
buen ejercicio.
ResponderEliminarFunciona!!!!!